Cuba aplicará una técnica conocida como "siembra de nubes" para provocar lluvias de manera artificial a partir del 15 de septiembre en zonas castigadas por la severa sequía que padece la isla y que afecta a más de un millón de personas, dijeron fuentes oficiales citadas por medios locales.

El objetivo será aumentar las precipitaciones de las nubes formadas sobre el área de la cuenca del río Cauto, en el oriente del país, con el propósito de incrementar su caudal y el flujo de agua hacia las presas asociadas, explicó la directora de Infraestructura Hidráulica del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INRH), Yosmary Gil, citada por la Agencia de Información Nacional (AIN).

Este proyecto se extenderá por dos meses y su efectividad dependerá de la existencia de condiciones necesarias en las nubes para "bombardearlas" con yoduro de plata, un reactivo químico que facilita este proceso, según detalló la experta.

La "siembra de nubes", como se conoce esta práctica ya utilizada en Cuba en otras ocasiones para incrementar las precipitaciones, se hará con un avión Yak-40, de fabricación rusa, precisó Argelio Fernández, técnico del área de Servicios Hidrológicos y Disponibilidad de Agua del INRH.

Fernández indicó que el periodo de enero hasta la fecha ha sido el más seco desde 1901, con solo unos 613 milímetros de lluvia acumulados a nivel nacional, cifra aún por debajo de la registrada en igual etapa de 2004, cuando el país sufrió situación similar.

La sequía generalizada que afecta a Cuba ha provocado que los 242 embalses de la isla se encuentren al 35.4 % de su capacidad total, según informó el INRH a principios de esta semana.

En agosto, las provincias orientales Santiago de Cuba y Guantánamo, y las occidentales Artemisa y La Habana han reportado los niveles más bajos de lluvias en el país.

Las autoridades del sector y de la Defensa Civil han puesto en marcha una serie de medidas para extremar el ahorro de agua y han alertado en el sentido de que el azote de la sequía podría prolongarse hasta abril de 2016.

De acuerdo con estudios del Centro del Clima del Instituto de Meteorología de la isla, el pasado julio fue por cuarta vez el de menos precipitaciones desde 1961 y sus efectos han impactado al 81% del área agrícola, una de las más afectadas en el país.