El Gobierno de Brasil anunció hoy que saldó las deudas contraídas con la banca pública, que sirvieron como justificante para la petición de apertura de un juicio político con miras a la destitución de la presidenta Dilma Rousseff.

El Ministerio de Hacienda informó hoy de que pagó los 72.400 millones de reales (unos 18.660 millones de dólares) adeudados con los bancos públicos y que, según la oposición, fueron contraídos de forma irregular y en contra de las leyes que rigen los presupuestos oficiales.