El Índice de Precios de Consumo (IPC) subió en China un 1,4 % durante 2015, su menor nivel en seis años y muy por debajo del objetivo del 3 % marcado por el Gobierno, lo que da nuevo margen a las autoridades para adoptar medidas monetarias que reactiven la economía.

Los datos apuntan a un continuado debilitamiento de la demanda, influida por la progresiva ralentización de la economía china.