Esta eventual ralentización tendría un impacto negativo sobre el dólar canadiense en un mediano plazo ya que conduciría a operadores financieros a descontar un ciclo de alzas menos agresivo por parte del Banco de Canadá (BoC) en el horizonte de proyección. Por esta razón, la trayectoria alcista de corto plazo del USD/CAD iniciada a principios de setiembre sigue vigente, aunque afronta algunos obstáculos.
Desde el punto de vista técnico, el par debería perforar la resistencia de $1.2925, que corresponde al retroceso de Fibonacci de 50% del máximo al mínimo anual, para dar continuidad a su impulso alcista. En caso de una ruptura de este techo, el umbral psicológico de los $1.30 entraría inmediatamente en juego.