Reino Unido acogerá a hijos de refugiados que han sido separados de su familia por los conflictos en Siria o que se quedaron huérfanos, anunció este jueves el gobierno británico, sin precisar el número de menores.

"La crisis en Siria y los acontecimientos en Oriente Medio, Norte de África y en otros lugares ha separado a un gran número de niños refugiados de sus familias", señaló en un comunicado el secretario de Estado de Inmigración, James Brokenshire.

Se debe "identificar las situaciones excepcionales en las que lo mejor para el interés de los menores es su trasladado a Reino Unido", pidió Reino Unido al Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), según explicó Brokenshire. Para el secretario de Estado de Inmigración es preferible que una "gran mayoría" de ellos permanezca cerca de su país de origen con familiares o allegados.

Una portavoz del ministerio del Interior de Reino Unido indicó que no podía precisar el número estimado de niños.

"Vamos a trabajar con las autoridades en Grecia e Italia para estudiar el caso de niños no acompañados o huérfanos presentes en estos países tras haber abandonado Siria, y que tienen algún familiar directo en el Reino Unido", precisó un portavoz del primer ministro, David Cameron. "Tratamos de proteger a los niños de la explotación de los traficantes", añadió.

La ONG Save the Children lidera una campaña para que Reino Unido acoja al menos a 3.000 menores que llegaron a Europa sin padres o sin familia que pudiera hacerse cargo de ellos.

El gobierno británico prevé proporcionar hasta 10 millones de libras (unos 13 millones de euros) a un nuevo fondo de ayuda a niños refugiados que ya se encuentren en Europa. Antes rechazó el plan de la Comisión Europea de repartir 160.000 solicitantes de asilo entre los países de la Unión Europea en función de su situación económica y demográfica.

Pero David Cameron había indicado en septiembre que su país acogería, antes de 2020, a 20.000 refugiados presentes en campamentos en países fronterizos con Siria. Hasta el momento, más de mil personas, la mitad de ellas niños, llegaron a Reino Unido.

La inmigración es uno de los asuntos más sensibles en el país, donde el saldo migratorio alcanzó su mayor nivel en la historia el año pasado con 336.000 personas, según las estadísticas oficiales.

Durante su primer mandato, Cameron se fijó como objetivo limitar la inmigración a menos de 100.000 personas.

El jefe de gobierno británico fue el miércoles blanco de las críticas al calificar de "banda" a los migrantes que viven hacinados en malas condiciones en Calais, en el norte de Francia, y que en su mayoría esperan alcanzar territorio británico.