La semana pasada fuimos testigos de noticias no demasiado beneficiosas para el par EURUSD, y es que Europa, una vez más, anuncio unos tipos de interés sin ningún tipo de cambio, algo que no resultó demasiado alentador para los inversionistas, los cuales comenzaron a vender de manera masiva este par. Si a ello le sumamos los buenos resultados de Estados Unidos, aunque no con unas expectativas demasiado positivas por cierto, nos encontramos con un mercado en mínimos determinantes a partir de este momento.
No obstante, si bien la semana pasada fue una semana bastante volátil con movimientos muy bruscos en el mercado fruto de las noticias fundamentales publicadas, esta semana será una semana muy tranquila, por lo que si en sesiones anteriores el euro no consiguió marcar ningún tipo de cambio de tendencia, es muy predecible que esta semana que no hay ningún factor externo que la influencia se pueda llevar a cabo dicho cambio de tendencia. De esta manera, podemos mantener la afirmación de que el precio, con una seguridad bastante grande, continuará con la tendencia alcista marcada desde hace ya casi dos años. Es por ello que, a pesar de la lateralización en que nos encontramos y el fuerte ruido que nos brinda este activo, dicha lateralización debería llegar pronto a su fin con un fuerte movimiento alcista que nos lance directamente hacia el nuevo objetivo de 1,17.
Una vez superado el nivel de 1,17, podríamos plantear nuevas oportunidades en compra hacia un siguiente techo ubicado en 1,195. El mercado tiene un fuerte apoyo en el nivel de 1,155, soporte que solo debería ser roto por alguna noticia fundamental con la suficiente relevancia como para que, si los datos publicados resultan ser extremadamente negativos, logre romper este soporte. Es por ello que, de momento, esto no pasará. De esta manera, las mejores oportunidades deberían seguir siendo en compra y las caídas deberían brindar la oportunidad de obtener más valor una vez rebote y siga subiendo como ocasión para poder aprovechar oportunidades en compra.
EUR/USD, EL POR QUÉ DE TANTA VOLATILIDAD