Precisamente, una de las últimas razones a los que se había aferrado en sus últimas comparecencias el presidente de la entidad, Jerome Powell, era que la recuperación se estaba produciendo de forma desigual y que el mercado laboral se estaba quedando atrás, y las cifras del viernes vienen a darle la razón.
Sin embargo, el optimismo del mercado respecto a la Fed podría acabarse pronto ya que este mismo miércoles se publicarán los datos de IPC de Estados Unidos en el mes de abril y el consenso de los analistas espera que se registre un fuerte avance de la inflación en la comparativa interanual del 2,6% al 3,6%.
Esta cifra estaría ya muy por encima del objetivo de la entidad de que la evolución de los precios se sitúe en torno al 2%. La entidad cambió el pasado año su hoja de ruta y dicha meta pasó a ser una aspiración a largo plazo y no uno una barrera inflexible, pero aún así, los ánimos de los inversores podrían volver a crisparse con un encarecimiento tan abrupto de la cesta de la compra de los consumidores.