Un astronauta de la Estación Espacial Internacional (EEI), Jeff Williams, entró por primera vez el al módulo inflable BEAM, desplegado a finales de mayo con el objetivo de probar este nuevo tipo de hábitat.
El Módulo de Actividad Expandible Bigelow (BEAM, por sus siglas en inglés) está en "perfecto estado", informó el astronauta según un comunicado de la NASA.
Este módulo es parte de los experimentos de la NASA para probar durante dos años hábitats inflables más ligeros y menos voluminosos, que podrían un día ser utilizados en Marte o en la Luna.
El astronauta estadounidense Jeff Williams abrió la puerta del módulo el lunes a las 03:47 (hora peruana) para tomar una muestra de aire, comenzar a recolectar los datos de los sensores y verificar los conductos de aire.
Williams informó que el módulo estaba en "perfecto estado", que hacía frío pero que no había condensación.
Los astronautas que se encuentran actualmente en la EEI volverán al módulo antes del miércoles para probar los sensores y el material, precisó la NASA.
La puerta del módulo, que había sido acoplada a la estación en abril, será cerrada tras cada visita.
Durante esos dos años de prueba, los astronautas revelarán los datos y las mediciones de los sensores, en tanto evaluarán regularmente su estado.
Esas pruebas permitirán -sobre todo- determinar si el módulo puede ofrecer protección frente a las radiaciones solares y cósmicas, micrometeoritos, basura especial y temperaturas extremas.
"Los primeros pasos en BEAM van a llevar más allá las fronteras de los hábitats en el espacio", tuiteó la EEI antes de esta primera visita.
La NASA logró el 28 de mayo inflar y presurizar su módulo, tras el fracaso de una primera tentativa algunos días antes.
Una vez inflado, Williams abrió ocho depósitos de aire dentro del módulo, llevando la presurización a un nivel cercano al de la EEI.
Con una masa de 1,4 toneladas, el BEAM mide el módulo mide unos cuatro metros de ancho por 3,23 metros de largo cuando está completamente inflado con aire respirable. Su volumen se puede multiplicar por 4,5, lo que produce un espacio de 16 metros cúbicos, el equivalente de un pequeño cuarto.
La empresa Bigelow Aerospace construyó ese módulo tras firmar un contrato de 17,8 millones de dólares con la NASA.