Uno de los principales puntos de fricción en las negociaciones del Brexit es el tamaño del proyecto de ley de divorcio de Gran Bretaña. La Unión Europea ha exigido 60 000 millones de euros, mientras que Gran Bretaña ha hecho una oferta de 20 000 millones de euros. Al parecer, el primer ministro May quiere comprometerse con 40 000 millones de euros, pero los ministros principales, Boris Johnson y Michael Gove, son reacios a pagar más sin una idea más clara de qué forma adoptará una nueva relación comercial con Europa. Las divisiones dentro del gabinete de mayo solo han debilitado la mano de May. May no ha podido presentar una política coherente de Brexit a los europeos ni a los votantes en casa, lo que genera dudas sobre si puede entregar los productos en Brexit. Con Gran Bretaña programada para abandonar la UE en marzo de 2019, hay presión de ambas partes para comenzar las conversaciones comerciales antes de finales de 2018.