La aparente ralentización del gasto de los hogares ha atenuado los temores de un posible sobrecalentamiento de la mayor economía mundial, ejerciendo presión bajista sobre los tipos de interés a largo plazo, como el rendimiento de la deuda a 10 años, que este momento se encuentra en los 1,63%, lejos de su máximo de febrero de 1,77%. Esta situación puede contener la recuperación del dólar en la segunda mitad de mayo, dando apoyo a otras divisas como el euro, la libra esterlina, las monedas emergentes (MXN, ZAR, etc.) entre otras.