La aeronave más grande del mundo, la Airlander 10, realizó el día de ayer, en la localidad inglesa Berfordshire, su primer vuelo. Horas antes del despegue, las condiciones climáticas de la zona hicieron dudar si la prueba se realizaría.
El aparato, una fusión entre avión, helicóptero y dirigible, voló en círculos durante media hora antes de aterrizar en el mismo lugar. Mide 92 metros de largo, 43,5 de ancho y tiene la capacidad de llevar hasta 10 toneladas de carga
Asimismo, posee una velocidad máxima de 160 km/h y su exterior está hecho de tres capas de tela, incluyendo una de vectran (material que es cinco veces más resistente que el acero). En su interior usa helio.
Su origen está en un proyecto militar encargado por la Fuerza Aérea de Estados Unidos a la compañía inglesa Hybrid Air Vehicles (HAV), que invirtió cerca de US$ 300 millones en la iniciativa, buscando el desarrollo de una nave de inteligencia y observación que pudiera estar en el aire hasta 21 días consecutivos, cuando fuera pilotada de manera remota.
Recortes presupuestarios en el 2013 cancelaron el proyecto, que fue comprado de vuelta por HAV por US$ 300 mil. Luego la compañía empezó el desarrollo, apoyándose de financiamiento externo y hasta sistemas de crowdfunding. Ahora, según "The Guardian", estudian una salida a la bolsa para reunir más fondos.
Los creadores de Airlander 10 indicaron al diario inglés que esperan tener 100 de estas naves volando en cinco años más, y que hay una demanda latente por cerca de mil unidades. Los usos estarían en el sector militar -aunque la versión actual no incluye todos los componentes de inteligencia que tenía cuando era una iniciativa de la Fuerza Aérea estadounidense-, el turismo o el transporte de carga.