El plan del Kremlin pone a los países europeos entre la espada y la pared porque, de aplicarse, socavaría el impacto de las sanciones internacionales impuestas a Moscú por su guerra en Ucrania, mientras que negarse a pagar en Rublos podría perjudicar el suministro de Gas europeo. Esto último podría representar un riesgo al alza para los precios de la energía y un peso casi seguro alrededor de los tobillos de la tasa de cambio Euro-Dólar, aunque ambos serán también sensibles al resultado de las negociaciones de esta semana entre Rusia y Ucrania, que probablemente serán un riesgo en trading al alza para el Euro.