La investidura fallida de Mariano Rajoy como presidente del Gobierno supone prolongar la incertidumbre en torno a la aprobación de los presupuestos generales del Estado para 2017, que deberían incluir parte de los ajustes pactados con Bruselas a cambio de flexibilizar la senda de déficit público.
Y aunque aún quedan unas semanas en las que una hipotética nueva sesión de investidura podría evitar la prórroga de las cuentas de 2016, prosigue la cuenta atrás hasta llegar al 30 de septiembre.