La guerra comercial y las tensiones sobre las cuentas fiscales de Italia, luego de que el gobierno del país transalpino propusiera triplicar el déficit presupuestario en el 2019, han sido los principales catalizadores negativos de la acción del precio en las últimas semanas.
Más recientemente, sin embargo, las preocupaciones sobre la desaceleración económica en el viejo continente han limitado la recuperación de la moneda común. Esta semana, el informe del PIB de la Unión Europea correspondiente al tercer trimestre mostró que la actividad productiva en la región creció 0.2% en comparación con el trimestre anterior frente a un pronóstico de 0.4%.
Esta tasa de expansión, la menor desde el 2014, podría llevar al Banco Central Europeo a postergar alzas en los tipos de interés de manera a no cometer los mismos errores del 2011. En aquel entonces, la entidad había incrementado dos veces su tasa rectora ante el espejismo de la recuperación para luego volverla a recortar dramáticamente en los siguientes 12 meses.