El mercado espera que el BCE recorte su compra mensual en 20.000 millones, hasta 40.000 millones, mientras que el programa debería extenderse por lo menos seis meses (junio de 2018), o quizás nueve meses (septiembre de 2018).
Mario Draghi tendrá la difícil tarea de anunciar un movimiento de línea dura sin desencadenar una ola de ventas en el mercado de bonos, junto con un repunte de la moneda única. Por lo tanto, Mario Draghi dará a los inversores lo que quieren: una reducción de la QE; sin embargo, también reiterará su llamada a la prudencia y recordará a los participantes del mercado que el BCE podría aumentar más su apoyo a la economía en caso de que la situación lo requiera.
Tal movimiento equilibrado permitiría que el BCE evitara movimientos adversos en los mercados financieros mientras avanza con la reducción de la QE.