Ahora que el partido Laborista favorece también esta opción, todo apunta a que la nueva propuesta de ley que los Conservadores planean someter a votación esta tarde para fijar por la vía legislativa la fecha de las próximas elecciones podría salir adelante.
El principal escollo ahora sería fijar una fecha que pueda conseguir los apoyos suficientes, ya que el 12 de diciembre propuesto por los tories no gusta al resto de partidos, que preferirían una fecha más próxima al día 9, que implicaría una disolución más temprana del Parlamento con la que se limitaría mucho más el margen de maniobra de Boris Johnson para orquestar algún movimiento que derive en un Brexit duro.
Por el momento, todas las encuestas posicionan al actual primer ministro como favorito para alcanzar un triunfo si finalmente se materializan las elecciones, lo que no es una perspectiva especialmente alcista para los mercados.