Al profesor Frank Pantridge se le recuerda como el cardiólogo que ha salvado la vida de millones de personas a lo largo de los últimos 50 años.
Todo gracias a que inventó el desfibrilador portátil.
A propósito de la celebración del centenario de su nacimiento, el 3 de octubre de este año, su familia y sus colegas revelaron aspectos de su vida personal.
Pantridge era el tío-abuelo de Victoria Jordan, quien lo recuerda con mucho cariño.
"Recordamos a Frank como un hombre de gran personalidad, con devoción por su trabajo. Era el alma de las reuniones familiares, a las que, invariablemente, llegaba con al menos una hora de retraso".
Y añade: "Estar en su compañía era muy agradable. Era un poco travieso y tenía un concepto muy bajo de quienes detentaban algún tipo de autoridad, ¡particularmente de los políticos!", afirma Jones.
Esa falta de respeto por la autoridad fue una constante en su vida y, para algunos, es la razón por la cual sus logros no han recibido el crédito que merecen en Reino Unido.
—Expulsado de la escuela… varias veces—
Pantridge creció en una granja en las afueras de Hillsborough, un pueblo localizado aproximadamente a 20 kms de Belfast, la capital de Irlanda del Norte.
Su padre murió cuando él tenía 10 años y en más de una oportunidad, la escuela lo envió a su casa por indisciplina.
Completó sus estudios secundarios, sin embargo, y estudió medicina en la Universidad de Queen, en Belfast, graduándose en 1939.
Cuando comenzó la Segunda Guerra Mundial, sirvió como oficial médico en un batallón de infantería en el este de Asia.
Fue capturado durante la caída de Singapur en 1942 y, como prisionero de guerra, pasó mucho tiempo trabajando como esclavo en la construcción del Ferrocarril de Birmania (proyecto impulsado por Japón durante el conflicto bélico para conectar a ese país con Tailandia).
—Reconocimiento—
Pantridge sobrevivió al beriberi cardíaco, una enfermedad generalmente mortal que afecta el sistema cardiovascular y que es causada por una deficiencia de proteína.
Este episodio puede haberle generado interés en el tema.
Posteriormente, fue condecorado con la Cruz Militar, un reconocimiento otorgado por Reino Unido a oficiales que se destacaron en el frente de batalla.
"Trabajó incesantemente en las condiciones más adversas. Estuvo expuesto a bombardeos constantes, pero en todo momento mantuvo la compostura. Fue un ejemplo para todas las personas con quienes tuvo relación", se lee en el texto con el que se le otorgó la orden militar.
En 1950 empezó a trabajar en el Hospital Royal Victoria, en Belfast.
En ese momento, las enfermedades coronarias habían alcanzado niveles de epidemia.
Los médicos sabían que la mayoría de las muertes causadas por esta condición tenían su origen en una alteración del ritmo cardíaco, que podía controlarse con una corta descarga eléctrica en el pecho.
—El descubrimiento—
Pantridge afirmaba que esa irregularidad en el funcionamiento del corazón podía atacarse en cualquier lugar en el que ocurriera: en el hogar, el lugar de trabajo o la calle.
Para esto era necesario el desfibrilador portátil.
Fue así como en 1965, con la ayuda del doctor John Geddes y el técnico Al**** Mawhinney, Pantridge inventó el primer desfibrilador portátil del mundo.
El dispositivo fue instalado en una ambulancia y se utilizó por primera vez en 1966. El primer modelo funcionaba con la batería de un carro y pesaba 70 kgs. En la actualidad, su peso es de 3 kgs.
—Éxito y efectividad—
El aparato se empezó a usar con frecuencia en unidades móviles en Estados Unidos poco tiempo después.
Pero en Reino Unido, su invención fue recibida con escepticismo. No fue sino hasta 1990 que todas las ambulancias fueron equipadas con el desfibrilador portátil.
El dispositivo fue utilizado para tratar al presidente estadounidense Lyndon Johnson cuando sufrió un ataque cardíaco en 1972.
Se decía que Pantridge era tan conocido en EE.UU. que pudo haberse postulado al Congreso.
En honor a su invención, el procedimiento utilizado en casos de emergencia para tratar ataques cardíacos se conoce como el "Protocolo Belfast".
—Polémico—
Pantridge murió en 2004. Muchos consideraban que era una persona compleja que siempre decía lo que pensaba, sin importar las consecuencias.
"Podía ser cascarrabias, arisco y rudo, pero también generoso y ocurrente. Cuando las personas se ganaban su respeto, podían contar con un amigo fiel. Introdujo avances únicos en el campo de la cardiología. Fue brillante, sin duda", se lee en el obituario publicado por el diario británico The Guardian.
Los recuerdos que tiene de Pantridge su colega Ronnie Kelly, son muy gratos.
"Fue un hombre muy talentoso. Logró que el desfibrilador cardíaco fuera más accesible, con lo que salvó muchas vidas. Estoy muy orgulloso de haber sido parte del equipo que diseñó y produjo el dispositivo en el Hospital Royal Victoria".
Por su parte, Victoria Jordan dice que la familia también se siente muy orgullosa de los logros del cardiólogo.
"Creo que le hubiera gustado que lo recordaran como un pionero en su área. También como alguien que se enorgullecía de sus raíces norirlandesas".