Las fuerzas del Gobierno de Irak lanzaron el lunes una ofensiva respaldada por Estados Unidos para expulsar a Estado Islámico de la ciudad de Mosul, en una gran batalla que apunta a recuperar el último bastión del grupo radical en el país.

Dos años después de que los yihadistas capturaron la ciudad de 1,5 millones de habitantes y declararon un califato sobre parte del territorio de Irak y Siria, una fuerza de 30.000 tropas iraquíes, kurdas y combatientes de tribus suníes empezaron a avanzar.

Los helicópteros disparaban y podían escucharse explosiones en el frente este de la ciudad, donde Reuters vio a combatientes kurdos avanzando para tomar localidades periféricas.