Desde la última reunión del Banco de la Reserva de Nueva Zelanda el 8 de febrero, el dólar neozelandés ha sido incapaz de lograr que vuelva el momentum positivo. De hecho, en su última reunión, el banco central tomó el mercado por sorpresa al retrasar cualquier movimiento de ajuste, interrumpiendo brutalmente la carrera del kiwi que tuvo inicio a finales de diciembre.
Por otra parte, la decisión de Donald Trump de empezar a desvelar sus planes para la economía de Estados Unidos está añadiendo un poco de riesgo a la baja al par, mientras que el repunte del USD impulsaría a los inversores a salir rápidamente de las posiciones largas en NZD. De hecho, en este entorno de bajo rendimiento, los inversores están buscando desesperadamente una mayor rentabilidad; algo que Nueva Zelanda está ofreciendo.
El kiwi ha repuntado con fuerza durante enero y este mar de fondo no ha pasado sin consecuencias para la economía. Las exportaciones superaron las estimaciones, aumentando a 4.190 millones de NZD en enero, frente a los 3.900 millones esperados, en medio de una sólida recuperación de los precios de las materias primas. Las importaciones también superaron el promedio de los pronósticos y fueron de 4.190 millones frente a los 3.900 millones esperados, dado que el aumento del NZD dio mayor poder de compra a los clientes locales.