La semana pasada el Banco de Inglaterra incrementó su tasa de interés en 25 puntos base a 0.750%, su nivel más elevado desde el 2009. Pese a que la decisión fue unánime, ésta no logró impulsar a la libra esterlina. Al contrario, el anuncio desató una fuerte reacción bajista en la GBP/USD después de que el Banco Central indicara que los ajustes de tipos futuros serán limitados y graduales. En medio de los desafíos y la incertidumbre alrededor de Brexit y ante el crecimiento económico anémico del Reino Unido, es posible que el BoE se mantenga al margen, al menos hasta mediados del año que viene, lo cual limitaría el atractivo de la libra esterlina en el mercado internacional.
La GBP/USD opera en una región de soporte de gran importancia definida por una línea de tendencia alcista de largo plazo. Una perforación de este suelo, en los 1.2985 expondría el mínimo anual en los 1.2957.
Al alza, la primera resistencia en consideración se encuentra en los 1.3050. Si el precio consigue atravesar este techo, el umbral psicológico de los 1.3200 se convertiría en la segunda resistencia de relevancia. Vale la pena destacar que este nivel está definido por la directriz superior de un canal bajista de corto plazo.