El primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson, ha sido optimista acerca de llegar a un acuerdo, ayudando a la libra esterlina a estabilizarse.
La oposición está intensificando su batalla contra la suspensión del parlamento.
El gráfico de cuatro horas del viernes apunta a una línea de soporte crítica.
A falta de 62 días para el Brexit, el primer ministro Boris Johnson quiere acelerar el ritmo de las negociaciones y reunirse dos veces por semana. Su enfoque alcista se ha encontrado con escepticismo: los analistas lo ven como una estratagema para mantener unido a su partido.
Muchos ven la suspensión del parlamento como un intento de llegar a un Brexit duro. Al pedir negociaciones más intensas, Johnson está tratando de convencer a los escépticos de su propio partido para que se mantengan a su lado. Ruth Davidson, líder de los conservadores escoceses, renunció a su partido el jueves. Si bien citó razones personales, la líder popular también enfatizó las diferencias que tenía con el líder. George Young, un destacado compañero conservador en la Cámara de los Lores, también renunció como protesta por la medida.
Es esencial recordar que la UE rechaza dejar caer el controvertido respaldo irlandés del acuerdo del Brexit. El primer ministro irlandés, Simon Coveney, ha dicho que el Reino Unido no tiene propuestas creíbles para el Brexit. Incluso si la UE aceptara abandonar el respaldo, hay un grupo de Brexiteers de línea dura que se oponen a otras partes del acuerdo y se comprometieron a votar en contra.