La curva de rendimiento del bono del Tesoro de los Estados Unidos a 2 años (2,532) versus a 10 años (2,833) se acerca a una curva plana (diferencia de 0,301), lo que sugiere una política más restrictiva de la Fed, mientras que las tasas a largo plazo siguen de lado. Como resultado, la curva de rendimiento continúa aplanándose, y todavía no señala una recesión: mejor dicho, sugiere un entorno de bajas tasas de interés para los próximos meses por parte de la Reserva Federal.
Después de un inicio de año en el que los inversionistas se precipitaron a la compra de euros (EUR), elevándolo hacia 1,2500 dólares estadounidenses por euro, y por otro lado, a la venta de dólares hacia 104,56 yenes japoneses (JPY) por billete verde, para el segundo trimestre veo un dólar en fuerte, y una recuperación de esta divisa contra el yen por encima de los 110,00.
Regresando al tema de las tasas de interés contra la tasa de inflación, por ahora y para los meses que vienen por delante, el entorno se deberá mantener sin grandes cambios: el rendimiento del bono del Tesoro a 10 años parece que ya tocó su techo cerca del 3,10%.
Estamos en un entorno con algunas tensiones entre las relaciones comerciales de los Estados Unidos con Europa, Canadá, México y China, y los mercados de acciones están cotizando en su rango superior; estos mercados están muy soportados por los programas de recompra de acciones propias de muchas empresas cotizadas, por lo que es más que probable que se pueda asistir a una corrección en los precios de las acciones.
Por ahora, Donald Trump está más tranquilo con sus tweets. Quizás se está preparando para las elecciones intermedias de octubre/noviembre de este año en los Estados Unidos, y su administración muy probablemente tiene que rendir cuentas al electorado y tendrá que demostrarle que la política de “America First” (América primero) es la correcta.