Si Wall Street se tomara vacaciones, seguramente elegiría las primeras semanas de cada año.
Resulta tan asombrosa y llamativa a la vez la tranquilidad en que se está moviendo el mercado financiero a nivel global, en un 2017 que parece haber comenzado con las pilas recargadas y promete que habrá mucha tela para cortar.
Es que los inversores están volviendo lentamente de sus vacaciones y empiezan a retomar sus planes para este año.
Por ejemplo, el 2 de enero, las colocaciones de deuda por parte de compañías que cotizan en la Bolsa de Nueva York alcanzaron niveles récord.
El escenario ha cambiado por completo debido a la victoria de Donald Trump como president de los EE.UU. frente a la expectativa de un nuevo impulso a la economía y el consecuente incremento del costo del dinero. A todo esto se suma la decisión de la Reserva Federal de subir la tasa de interés en 3 ocasiones durante 2017.
Colocaciones de deuda en niveles récord
Durante el primer día hábil de 2017, en Wall Street se observaron emisiones por unos 19.900 millones de dólares, y durante la primera semana del año transcurrieron más de 30.000 millones de dólares.
¿De quiénes son las colocaciones?
Las colocaciones pertenecen a: Citigroup 5.250 millones de dólares; Barclays 5.000 millones de dólares; National Australia Bank 3.500 millones de dólares; Daimler 3.000 millones; FedEx 1.200 millones; Deere 1.000 millones; ABN Amro 2.250 millones; Royal Bank of Canadá 500 millones de libras.
A esto se añaden las colocaciones del Santander UK, Credit Agricole, Rabobank, BNP Paribas, WestPac, Lloyds, Banco de Montreal, Ford, Toyota, entre otras.
Sin dudas, es todo un récord en la colocación de bonos durante el primer día del año. Por citar un ejemplo cercano, el año pasado se alcanzaron 15.800 millones de dólares en colocaciones.
Todas tenían en común su tiempo de vida: de 3 a 11 años…
¿Récord histórico en 2017?
A pesar de este impresionante récord en materia de colocaciones, un arranque a todo motor no significa que el año pueda establecer un récord en emisiones de bonos y superar los 3.600 billones de dólares colocados durante 2016.
Cuando las tasas vuelvan a subir, las colocaciones de bonos se desacelerarían mientras el esperado incremento de fusiones y adquisiciones, debido a la expansión económica, provoque un escenario en el que se reste interés a la deuda.
De esta manera, se haría atractiva otra manera de recoger deuda para las empresas: las Ofertas Públicas Iniciales (OPI) o la colocación de acciones.
¿Qué ocurre en Latinoamérica?
Evidentemente, para la región, esto no es una buena noticia. Primero, hay menos oportunidad de alcanzar los récords de colocación de bonos de 121 mil millones en 2013 o 134 mil millones de dólares en 2014, aún a pesar del regreso de la Argentina a los mercados internacionales.
Recordemos que el flamante gobierno de Donald Trump tendrá como finalidad la reducción impuestos eliminando regulaciones y bajando los costos de intermediación y acceso al mercado de capitales, así como un dólar y tasas en ascenso. Por lo tanto, EE.UU. se convertirá en una aspiradora de fondos.
Colocaciones de deuda: el caso argentino
Algunos emisores anunciaron su entrada al ruedo. Ellos son: Pampa Energía, Central Puerto y Aeropuertos Argentinos, YPF, Supervielle y las colocaciones provinciales de Gobierno nacional como Tierra del Fuego, La Rioja, Entre Ríos y Santa Cruz.
En 2016, una vez que la Argentina dejara atrás el default, al menos 8 provincias y 10 empresas sacaron bonos. Quienes esperaron hasta el último período del año se equivocaron.
A escala provincial, la pionera fue Buenos Aires, en marzo del último año, por 1.250 millones de dólares. Luego llegó el turno de Neuquén (235 millones), Chubut (700 millones), Mendoza (500 millones), Ciudad de Buenos Aires (890 millones), Córdoba (750 millones) y nuevamente Buenos Aires (1.000 millones), Salta (350 millones) y Chaco (250 millones).
El sector privado fue el que más sufrió las consecuencias. Central Puerto dejó de colocar 500 millones de dólares, Aeropuertos 2000 tenía todo listo y no pudo salir al mercado, mientras que la Compañía General de Combustibles había conseguido 350 millones de dólares al 9,5% anual en dólares pocos días antes de las elecciones para presidente en los EE.UU..