A la hora de invertir, tanto las propiedades inmobiliarias y los demás activos reales, como las inversiones financieras, son parte del menú tradicional.
Pero es cada vez más común ver derivar fondos hacia obras de arte, vinos, relojes de colección y otras antigüedades debido a la imposibilidad de poder declarar el origen de los ingresos y, sobre todo, por el avance de las regulaciones internacionales en materia de transparencia e intercambio de información financiera.
Una nueva alternativa se ha ido incorporando, y el Bitcoin es parte de ese grupo de activos que ha comenzado a formar parte del menú por parte de inversores más sofisticados y más informales a la vez. Es un fenómeno raro de describir que reside en el sostén en el precio que le da el hecho de que los bancos centrales puedan emitir papel moneda sin respaldo alguno.
El Bitcoin es el resultado de transacciones en Internet realizadas a través de miles de computadoras, y es usado como refugio monetario anónimo con el objetivo de transferir y mover de un lado a otro el dinero en todo el mundo.
La cantidad de unidades, es decir, la masa monetaria del Bitcoin, nunca podrá exceder los 21 millones.
Las reglas dicen que nadie puede prohibir o censurar transacciones válidas ni nadie puede impedir la participación en la red, que usa un sistema abierto. Es una plataforma en la que no se requiere identificación y cada unidad es intercambiable. Las reglas también son que las transacciones confirmadas no pueden ser modificadas ni eliminadas.
El Bitcoin es una moneda virtual y no de curso legal, por lo que no tributa impuestos. En algunos fiscos, la tenencia de moneda extranjera tributa si se encuentra declarada pero fuera del sistema financiero (como en Argentina).
Los bitcoins brindan además una mayor confidencialidad que un banco o un bien registrable por el fisco ya que no es identificable a una persona sino a una cuenta cibernética.
Al arrinconarse el dinero en negro ("cornering"), el Bitcoin encuentra una demanda adicional.
Pero más allá de esta cifra, que es imposible de verificar porque se trata de un mercado desregulado y en el que los bancos centrales de los distintos países no tienen injerencia alguna sobre la cantidad emitida, además de dónde se encuentran las posiciones y qué respaldo existe. Solo se sabe que su éxito se deriva en que la cantidad de bitcoins es fija y no se incrementa. Y lo que sabemos es que lo que no ajusta por cantidad... lo hace por precio.
Pero en el sube y baja reciente de su cotización se encuentra China. La fuerte apreciación del Bitcoin en los últimos meses podría tener que ver con la fuga de capitales que sufre ese país luego de 6 meses consecutivos de baja en sus reservas internacionales. Parte de la explicación reside en la caída del yuan (un 6,5% ) contra el dólar y un motivo de protección contra la devaluación de la moneda.
El Bitcoin subió un 145% frente al yuan en 2016. Las plataformas de negociación electrónica Huobi y OKCoin, saltaron a la fama.
Y de repente, se desplomó: una de las razones por las cuales su precio se vio fuertemente sacudido a inicios del 2017 fue que los reguladores chinos están tomando medidas necesarias para evitar que el Bitcoin no facilite la fuga de capitales de China. La advertencia del banco central chino puede representar un primer paso para la implementación de cierta restricción o regulación a la inversión en bitcoins.
Ese hecho presionó, y el impacto fue directo en su cotización (durante el mismo mes en el que cotizó al mismo valor que una onza de oro) porque según datos de bitcoinity.org, el 98% del volumen de transacciones globales en bitcoins han tenido como contrapartida el renminbi chino durante los últimos seis meses.
En 2013, las autoridades chinas confirmaron que el Bitcoin no podía ser considerado como una divisa: se encuentra fuera de su ámbito de regulación directa. Eso explica por qué el Banco Popular de China ha presionado a los mayores brokers que operan bitcoins en ese país para incrementar las regulaciones y detectar orígenes irregulares de fondos a ese mercado.
Otros de los motivos por los cuales se mueve el Bitcoin es la desmonetización de India y los controles de capitales de Venezuela, así como la amenaza de que haya acciones similares en otros países.
Mientras sirva como refugio, su cantidad sea fija y sea anónima su tenencia y transacción, el Bitcoin tiene para seguir creciendo en precio. Ni hablar si se intenta retirar el papel moneda de la calle para combatir el mercado informal, como se ha visto en el mundo.