¿Qué es la volatilidad? Las medidas más conocidas del riesgo de un activo son su varianza y su desvío estándar. Éstas representan la desviación de la media o, dicho de otra manera, cuál es la probabilidad de que los rendimientos esperados se desvíen respecto del valor más probable o medio esperado. Al riesgo que corre un activo en finanzas se lo conoce como volatilidad, que debe entenderse como la “fluctuación” que puede sufrir un activo en el tiempo. La volatilidad mide la frecuencia e intensidad de los cambios del precio de un activo en un horizonte temporal específico.
Matemáticamente, la volatilidad es la raíz cuadrada de la varianza, porque la volatilidad se incrementa según la raíz cuadrada del tiempo conforme aumenta el tiempo. Y se expresa en términos anualizados, por más que se tenga que medir el riesgo de un período más corto o plurianual.
¡Atención inversores! La volatilidad no nos dice nada acerca de la dirección: si la volatilidad es alta, podemos esperar que suba o baje su precio con mayor facilidad que otro activo menos volátil, porque pertenece a una clase de activo más riesgosa, o porque se trata de un bono que vence más lejos en el tiempo (tiene una mayor “duration”).
La volatilidad histórica es la volatilidad de un instrumento financiero basado en retornos históricos. Generalmente, no se proyecta sino que se toman valores de mercado recopilados por alguna terminal de datos, o directamente se toma el porcentaje que nos arroja dicha terminal.
Se debe tener presente que a mayor desviación estándar, mayor es la variabilidad del activo y por lo tanto, mayor es su riesgo. Pero es una medida estadística muy útil, siempre y cuando la distribución de probabilidad del rendimiento del activo siga una distribución normal.
Una estrategia muy simple (y tan difícil a la vez) a la hora de aplicar el concepto de la volatilidad de los mercados es vender en los picos (o cuando una acción agotó su subida) y comprar en el valle (o cuando una acción agotó su baja): el beneficio será mayor cuanta más elevada sea su volatilidad. Esa es la estrategia opuesta al “buy-and-hold” o la tradicional recomendación de “comprar y mantener a largo plazo” una acción.
¿Por qué es tan importante la volatilidad? La volatilidad es vista con frecuencia como negativa, dado que representa incertidumbre y riesgo. Pero mediante el entendimiento de la volatilidad se pueden aplicar estrategias con opciones aplicadas a nuestra cartera de inversión en acciones y bonos, tanto para cubrirnos de los riesgos como para potenciar los rendimientos de la misma.
Los que la compran, lo hacen a través del mercado de opciones financieras, especulando con movimientos en cierta dirección o a través de estrategias que lo beneficien reduciendo el costo o apuntando a movimientos bruscos del activo subyacente que den ganancias para cualquiera de los dos lados (si el activo sube o si baja).
Pero para los que la venden, el cobro de la prima en el momento de venderla implica una entrada segura y efectiva en el momento en que se hace. Representa un seguro, un resguardo y una manera de adueñarse de un diferencial que se encuentra presente en todos los mercados que utilizan derivados: la volatilidad implícita es superior a la volatilidad de mercado del subyacente, por lo que puede potenciarse el rendimiento, además de asegurarse el mismo en el momento de vender esa volatilidad (cobrar la prima).
Es importante tener también presente que las medidas de rendimiento y riesgo se deben usar en la misma unidad de tiempo. Como el rendimiento esperado en general es anual, también lo es la volatilidad esperada.