Berlín gastará más en defensa y seguridad en 2018, aunque con "déficit cero"

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El Gobierno alemán logrará su quinto año consecutivo con "déficit cero" en 2018, según el borrador de los presupuestos presentado hoy, que incluye subidas en cooperación exterior, seguridad interna y, atendiendo a las exigencias de Washington, también en defensa.

El Consejo de Ministros aprobó las claves de las cuentas públicas para el año que viene y el plan financiero hasta 2021, que se mantienen en la senda de la consolidación fiscal de la canciller alemana, Angela Merkel, y prevé cierta flexibilidad, ya que en septiembre se celebran elecciones generales.

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A finales de septiembre podremos mirar atrás a una legislatura completa sin déficit. En los próximos años proseguiremos con esta política presupuestaria sólida. Los puntos clave siguen siendo la seguridad interna y externa", aseguró el ministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble, al presentar los presupuestos.

Las cuentas evidencian cuáles son las "prioridades fundamentales" de Berlín, explicó el titular de Finanzas, quien habló de "seguridad interior y exterior", ayuda al desarrollo, infraestructuras y formación e investigación.

El ministerio que se beneficia de una mayor subida relativa de su presupuesto es el de Defensa, cuya partida para 2018 se incrementa en un 3,9 % con respecto al presente ejercicio, con lo que pasa de suponer el equivalente al 1,18 % del producto interior bruto (PIB) al 1,23 %.

Esta subida queda aún lejos del compromiso que adoptaron los socios de la OTAN de elevar el gasto militar hasta el equivalente al 2 % del PIB para 2024, pero demuestra que Berlín responde a las exigencias del nuevo Gobierno estadounidense, según Schäuble.

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La clave es el "mensaje" que se envía con esta subida y no tanto "la cifra concreta detrás de la coma", argumentó el ministro, quien subrayó que Berlín va a "hacer más" y que este paso es muestra de "confianza y fiabilidad".

Sin embargo, consideró preciso aclarar concretamente "qué significa seguridad en estos tiempos", en una referencia a la propuesta alemana -no explicitada normalmente- de que en la partida de seguridad también se debería contemplar el gasto en cooperación al desarrollo.

A este respecto, Schäuble recalcó que la partida del Ministerio de Cooperación y Desarrollo es otra de las que han experimentado un mayor incremento, del 1,9 % con respecto a 2017, y seguirá creciendo en los próximos años hasta cifras récord.

Asimismo, se ha reforzado de forma notable el presupuesto de Interior, que registra un aumento interanual del 2 %, en gran medida para financiar las medidas de seguridad aprobadas a raíz de los ataques yihadistas que sufrió el país el año pasado.

Berlín destacó en un comunicado que ha consignado 4.000 millones de euros hasta 2020 para contribuir a la implantación de una red de internet de banda ancha de al menos 50 megabits por segundo y que ha puesto 1.700 millones a disposición para apoyar el desarrollo de la microelectrónica en el país.

El presupuesto para la acogida e integración de los refugiados se mantiene en torno a los 20.000 millones de euros anuales entre 2018 y 2021, una cifra similar a la del ejercicio pasado, y el gasto social se eleva mínimamente y sigue moviéndose sobre el 51 % del total del presupuesto del Gobierno.

Desde 2013, según los datos agregados de Finanzas, el presupuesto de Exteriores y Cooperación ha repuntado cerca de un 50 % y el de Formación e Investigación en un 27 %, mientras que el gasto social y las partidas para seguridad interna y externa se incrementaron algo menos del 20 %.

En términos generales, las cuentas de Schäuble para 2018 preven unos ingresos totales del Gobierno federal de 335.500 millones de euros y la misma cantidad consignada a gastos, un equilibro presupuestario que, según estos documentos, se mantendrá inalterable hasta 2021, pese a que ambos crecerán progresivamente.

Se parte de un crecimiento del PIB del 1,4 % para este año y del 1,6 % para 2018, como había ya pronosticado el Ministerio de Economía.

La deuda, por su parte, se seguirá reduciendo año a año, de tal forma que para 2020 Berlín confía en que vuelva a situarse por debajo del límite del equivalente al 60 % del PIB fijado a nivel europeo, una tasa que Alemania ha sobrepasado desde 2003.

Schäuble añadió a este respecto que, una vez que Alemania haya reducido su deuda hasta por debajo del máximo permitido -y antes de lo exigido desde Bruselas- el país podrá permitirse incurrir en "un poco de déficit", aunque siempre respetando la cuota estipulada del 3 %.