En ausencia de fricciones, las fuerzas de la oferta y de la demanda en los distintos mercados determinarán los precios justos. Eso ocurre en casi todos los mercados de bienes, y más aún cuando son productos estandarizados.

Pero no es tan evidente en los servicios. ¿Cuál es un precio justo para valuar un servicio en la industria de los mercados financieros? Depende de muchas variables.

Es difícil poder determinar qué es lo que están dispuestos a pagar los inversores a cambio de algún tipo de asesoramiento en el mundo de las finanzas debido a la complejidad de la temática, la cantidad de variables que intervienen en ese proceso, cómo pueden combinarse entre sí y debido a la falta de homogeneidad: cada caso es un caso particular y cada inversor es un mundo, con sus miedos, sus deseos de ganar más plata, su situación particular, si posee hijos o no, su edad, sus objetivos, su conocimiento, la búsqueda de protegerse contra determinado factor, como la inflación o la devaluación, e intentando eludir la mayor cantidad de impuestos posibles ante la voracidad del fisco.

Algunos pondrán el foco en algún punto; los demás en otros. El asesor puede armar ese rompecabezas usando alguna de las miles y miles de diferentes combinaciones posibles de activos pasibles de ser incorporados en sus carteras.

Si el asesor se esmera en rotar el portafolio, si posee un esquema de incentivos para aumentar la rentabilidad, si posee un mandato discrecional o no, forman parte de la dinámica misma del proceso de inversiones que está sujeta a diferentes combinaciones de costos para el inversor.

Los costos forman parte del rendimiento neto de la inversión total a lo largo de un periodo. Y muchas veces son difíciles de identificar en cada producto, ya que están ocultos o disfrazados.

Si uno busca los servicios de un asesor financiero, el costo puede dividirse entre un esquema fijo o una combinación de fijo y variable. En el primer caso suele ser un porcentaje de los activos bajo manejo pagaderos trimestralmente sobre saldos de ese final de trimestre. Anualmente puede ir típicamente entre el 2% para carteras chicas, pasando por el 1,5% para carteras medianas y, para aquellos inversores con grandes portafolios, puede llegar a ser del 1%. Ese podría ser el costo de administrar el portafolio, que incluye en ese porcentaje los costos de transacción por cada operación. Se suelen llamar esquemas "all-in-fee".

Otro esquema es el transactional, en el que los bancos cobran un porcentaje que retroceden parcialmente a los asesores bajo un acuerdo comercial y aplican costos de administración mucho más bajos o nulos.

En la mayoría de los casos, el asesor puede aplicar el denominado "success fee" o una comision de éxito que se dispara si el rendimiento de los activos supera determinado porcentaje preestablecido de antemano. Ese porcentaje puede ser un nivel fijo acorde a su clase o bien un índice de referencia (el "benchmark").

Los Fondos Mutuos (llamados Fondos Comunes de Inversión en algunos países) son inversores institucionales gestionadas activamente con estructuras muy profesionales. Por su tamaño, los costos para administrarlos son bajos: en promedio, aplican entre el 0,6% del valor del fondo por año para los fondos de renta fija (bonos y otros instrumentos con un flujo de fondos predeterminado de antemano) y un 0,8% para los fondos de renta variable. Los reguladores les prohíben aplicar "success fees" o comisiones de éxito.

Claro está, aquí también se aplica la regla del 25/75 en donde el 25% de los fondos de capital poseía el 73% de los activos a fines de 2013. Y precisamente esos eran los fondos que menos cobraban por sus servicios, dado que el tamaño de los activos bajo manejo permite una amortización de los costos fijos de estructura mucho más eficiente.

Existen fondos más específicos y más caros denominados "hedge funds" que son fondos "alternativos", que tienen una relación de gastos medios ponderados por activos del 1,35% al año, según el Investment Company Institute, un organismo dedicado a recopilar datos en la materia. Y aplican un success fee típicamente del 20% sobre los retornos en exceso de determinado nivel (o "water mark"). Estos fondos proporcionan una cobertura o "hedge", dado que pueden vender en descubierto o invertir en activos no tradicionales para despegarse de la tendencia de los mercados direccional, apuntando al retorno absoluto y no relativo al mercado en donde cotiza.

Otro tipo de fondos son aquellos negociados en bolsa: los Exchange Traded Index Funds (o "ETFs"). La mayoría de los fondos negociados en bolsa replican pasivamente un índice. Ahí la habilidad y el valor agregado del administrador se reduce a prácticamente cero. Pero la proporción promedio de gastos de los ETFs se incrementa con los nuevos ETFs gestionados activamente que salen al mercado. Los costos de administracion típicamente se ubican entre 0,3% y 0,8%, aunque en los fondos más activos pueden llegar a aplicarse gastos de hasta el 1,5%.

Volviendo al asesoramiento personalizado, si cree que paga demasiado y los servicios que le prestan no son los que Ud. desearía tener, trate de negociar una nueva tarifa o bien cambie de asesor. Sobran asesores, brokers y bancos, y todos ellos están a la caza de clientes. En cuanto a los fondos, selecciónelos primero en base al mayor rendimiento y su menor volatilidad, pero también empiece a comparar los costos muchas veces ocultos que poseen y que forman parte de la "letra chica" de los mismos.