La economía de Brasil continúa deprimida tras un año de gobierno del presidente Michel Temer, que ha emprendido un ambicioso paquete de reformas y un severo ajuste fiscal para salir de la recesión que ha llevado al país a una tasa de paro récord.
El mandato de Temer tiene desde su inicio una marcada agenda económica centrada en reequilibrar unas cuentas públicas con un abultado déficit y "modernizar" la legislaciones laboral y del sistema de pensiones.