Múltiples retrasos, argucias políticas, un letrado cargado de trabajo y hasta enmiendas pasadas por agua han salpicado las más de veinticinco horas de un debate presupuestario que ha sido insólito en la Comisión de Presupuestos del Congreso de los Diputados.
Esta comisión ha representado a lo largo de dos días y medio una comedia a ratos sin guión en la que se han debatido casi 5.500 enmiendas, en su mayoría votadas una a una, y en la que, en palabras de veteranos diputados, nunca antes había ocurrido casi nada de lo que se ha visto.