Solo el 2 por ciento de los pagos globales se hacen en yuanes. El 44 por ciento de los mismos se ejecutan en dólares estadounidenses. Si bien la diferencia es grande, los pagos en yuanes crecieron más del 100 por ciento en 2014, mientras los pagos en todas las demás monedas juntas subieron solo un 4 por ciento. Actualmente, los negocios chinos en todo el mundo son pagados en yuanes. Pero el mayor obstáculo para el yuan es que aún no se puede cotizar libremente. Su curso está sujeto al del dólar estadounidense, que le deja un muy estrecho margen de acción.