Macron, ex ministro de Economía y liberal declarado aparece como claro favorito frente a una contrincante cuya organización es un claro ejemplo de xenofobia, racismo y nacionalismo, pero que cuenta con un logro mayor: haber logrado "normalizar" la presencia del Frente Nacional en el panorama político francés.
Cualquiera de los candidatos que gane la elección este domingo 7 de mayo enfrentará un país dividido, fragilizado por la fractura económica y social producida por las políticas aplicadas por sus predecesores, y bajo presión de aplicar el programa económico que han enarbolado, que supuestamente deberá permitir recuperar el crecimiento económico, reducir el empleo y restablecer la confianza. La presión será tanto más grande que al concluir la primera vuelta el 23 de abril, los votos por Le Pen y Macron juntos apenas superaron el 45% de los electores inscritos, pero ninguno superó el número de abstencionistas.

Hilo:


