El momentum es un concepto clave en inversiones, y hace referencia a las tasas de impulso y aceleración que muestra un activo. Ya sea que hablemos de la performance fundamental del negocio o de los precios de un activo en el mercado, apostar del lado correcto del momentum suele implicar grandes beneficios para el inversionista.

Momentum fundamental

A largo plazo, los precios de las acciones dependen de los fundamentos de la compañía que emite estas acciones. Sin embargo, no solo es importante evaluar la evolución de los fundamentos en sí mismos, ya que los movimientos de precios dependen en buena medida de la performance de los fundamentos en comparación con las expectativas.

Muchos inversionistas principiantes suelen sorprenderse cuando una empresa reporta sólidas tasas de crecimiento en un trimestre, pero el precio del activo reacciona a la baja ante la noticia. Muchas veces esto sucede porque los números estuvieron por debajo de las expectativas del mercado. Incluso si el negocio crece a un ritmo atractivo, dicho crecimiento ya se encuentra incorporado en lo que espera el mercado, y por lo tanto reflejado en el precio del activo.

Entonces, para que el precio reaccione positivamente frente al anuncio de resultados, es importante que los datos no solo sean saludables en sí mismos, sino que los indicadores de ventas y ganancias superen las expectativas del mercado.

El concepto de momentum fundamental hace referencia a la performance de la compañía en comparación con las expectativas promedio. Las empresas que consistentemente logran sostener ventas y ganancias por encima de lo que espera el mercado son las que ofrecen momentum positivo en su performance fundamental.

En el mismo sentido, cuando los analistas que siguen a la firma están ajustando al alza sus estimaciones de ventas y ganancias, esto es una clara señal de que el momentum es favorable en términos de expectativas.

Ambas cuestiones están relacionadas entre sí: cuando la compañía reporta números por encima de los pronósticos, esto habitualmente implica que los analistas de mercado ajustarán sus estimaciones al alza en el mediano plazo.

Los reportes de ganancias por encima de las expectativas traen aparejados aumentos en las expectativas. Por lo tanto, suele ser difícil para las empresas sostener en forma permanente una performance por encima de los pronósticos. Cuando esto sucede, habitualmente viene acompañado de retornos excepcionalmente atractivos para los inversionistas.

También puede evaluarse en momentum fundamental en relación a la trayectoria de la firma. Cuando las tasas de crecimiento se están acelerando en comparación con años anteriores, estamos frente a un caso de momentum positivo en la evolución del negocio.

En general se trata de casos excepcionales. A medida que una compañía crece en tamaño lo más esperable es que sus tasas de crecimiento se desaceleren en el tiempo. Esto es un fenómeno bastante lógico y esperable, y no necesariamente refleja problemas para la empresa en cuestión.

Sin embargo, algunas industrias ligadas a la tecnología o a los nuevos descubrimientos en temas de salud pueden brindar oportunidades de aceleración en la performance del negocio. También puede darse el caso en compañías que lanzan nuevas líneas de producto particularmente exitosas, incrementando así su potencial de crecimiento.

Los casos de aceleración en la performance financiera del negocio generalmente implican también que los números sorprenden al mercado positivamente, y esto suele impactar positivamente sobre el precio de las acciones.

Momentum de precios

El momentum de precios hace referencia a la evolución de precios del activo en cuestión. Los estudios académicos demuestran que el momentum es persistente en el tiempo, es decir, las acciones que están ofreciendo retornos por encima del promedio suelen sostener retornos atractivos a mediano plazo.

Es importante medir el momentum en términos relativos, no solo absolutos. Un activo que tuvo una ganancia del 20% en un año puede estar ofreciendo sólidos niveles de momentum absoluto, es decir, buenas ganancias de precios. Sin embargo, si el índice de mercado ganó un 30% en ese mismo año, entonces el momentum relativo es negativo, ya que el activo en cuestión tuvo una performance por debajo de la media.

Muchos inversores suelen tener una mirada de arriba hacia abajo a la hora de construir estrategias de momentum. Por ejemplo, se analizan cuáles son los sectores con mejor momentum de precios, y luego se identifican las compañías con mayor momentum dentro de estos sectores.

Una vez que se identificaron los sectores y activos individuales con mejor momentum de precios, puede analizarse la performance fundamental del negocio, de forma tal de asegurarnos de que el momentum de precios esté respaldado por reportes financieros, y no sea únicamente especulación de mercado.

La clave entonces está en analizar el momentum a diferentes niveles: las tendencias de precios en el sector, la evolución de precios en el activo y la performance fundamental del negocio. En casos en los que el momentum está disponible a diferentes niveles es más probable que el fenómeno sea consistente, y que por lo tanto tenga beneficios importantes para el inversionista.