El Banco Central Europeo (BCE) está preocupado por la fortaleza del euro, que ha llegado a 1,19 dólares, y quiere evitar mandar señales prematuras sobre los próximos movimientos de su política monetaria que empeoren las condiciones financieras y entorpezcan el crecimiento.

Así se desprende de las actas de su última reunión de política monetaria, celebrada el pasado 20 de julio, y en la que no anunció nada nuevo en contra de lo que preveían los mercados, que esperaban un paso más en la reducción de los estímulos monetarios.