Los beneficiarios de rentas mínimas de inserción -prestaciones de las comunidades autónomas para personas sin ingresos y en riesgo de exclusión social- aumentaron un 28 % en el ejercicio 2015, hasta 789.672 perceptores, mientras que el gasto medio anual por beneficiario creció un 1,48 %, hasta 1.514,2 euros.

Son datos recogidos por el Consejo Económico y Social (CES) en su última memoria anual, en la que pone de manifiesto la necesidad de una mayor coordinación entre las administraciones para reforzar unas ayudas que no constituyen un verdadero sistema de protección social, sino una red de prestaciones que varían de una región a otra.