El Gobierno brasileño anunció esta semana un vasto plan de privatizaciones y concesiones para intentar reducir el agujero en las cuentas públicas, una medida que, para algunos analistas, afecta a activos "delicados" y no garantiza el fin de la crisis económica.

En total serán 57 activos entre terminales aeroportuarias, autopistas, líneas de transmisión eléctrica e importantes empresas públicas con los que el Ejecutivo espera recaudar una cifra cercana a los 44.000 millones de reales (unos 14.000 millones de dólares).