La rentabilidad sobre el capital es una variable clave a la hora de seleccionar activos ganadores. Diferentes estudios estadísticos demuestran que invertir en compañías con alta rentabilidad suele implicar retornos por encima del promedio en el largo plazo. Sin embargo, siempre es importante prestar atención a los factores detrás de las tasas de rentabilidad y a la posible evolución futura de estas variables.
La sustentabilidad de los niveles de rentabilidad
No es suficiente con analizar el nivel de rentabilidad sobre el capital que genera una compañía en el presente. Tanto o más importante que este indicador es comprender la evolución de la rentabilidad en el tiempo y las posibles implicancias de cara al futuro.
En algunos casos los niveles de rentabilidad son insostenibles en el tiempo. Podemos pensar en una empresa de desarrollos farmacéuticos que genera la mayor parte de su rentabilidad en función de unas pocas drogas excepcionalmente exitosas. A medida que se aproxima la fecha de vencimiento de las patentes sobre esas drogas, es probable que ingresen en el mercado nuevos competidores con productos genéricos.
Este tipo de escenarios suele darse a menudo en la industria farmacéutica, y es muy habitual que la firma en cuestión sufra un serio deterioro de sus niveles de rentabilidad debido a un incremento en la presión competitiva que afecta tanto a los volúmenes de ventas como a los márgenes de ganancias.
Un proceso similar suele darse en algunas compañías tecnológicas que no cuentan con ventajas competitivas lo suficientemente sólidas. Cuando la competencia logra replicar las tecnologías de la firma, esto muchas veces genera un daño severo a los niveles de rentabilidad del negocio.
El punto central es comprender cuáles son los factores que le permiten a la empresa generar sus niveles de rentabilidad, y cuál es la capacidad de la misma para sostener esa rentabilidad en el tiempo.
Capital invertido y posibilidades de reinversión
Un aspecto que muchas veces se pierde de vista es la importancia de diferenciar entre oportunidades de alta rentabilidad sobre el capital invertido y la posibilidad de reinvertir el capital con elevados niveles de rentabilidad.
Muchas compañías generan niveles de rentabilidad extraordinarios sobre el capital invertido, pero no disponen de oportunidades de crecimiento que les permitan reinvertir su capital en forma lo suficientemente atractiva.
Esta situación es muy habitual cuando se trata de negocios como servicios públicos, transporte ferroviario, o grandes marcas de consumo masivo. Compañías como Coca-Cola (KO), Procter & Gamble (PG) y McDonald’s (MCD) generan enormes niveles de rentabilidad sobre su capital gracias al valor de sus marcas y las ventajas de costos que implica una escala masiva de negocios.
Sin embargo, estas empresas son líderes de mercado en industrias maduras, lo cual significa que no les resulta sencillo encontrar oportunidades de crecimiento que sean lo suficientemente grandes como para tener un impacto considerable sobre los números del negocio a nivel agregado. Es decir, las compañías de este tipo muchas veces carecen de oportunidades de reinversión que generen tasas de rentabilidad en línea con la rentabilidad actual del negocio.
Cuando esto sucede, se corre el peligro de que el equipo directivo de la firma cometa el error de perseguir alternativas de inversión poco convenientes. Un ejemplo típico es comprar otras empresas sin un sentido estratégico claro y/o pagando precios demasiado elevados por la compañía adquirida.
La mejor estrategia cuando no existen atractivas oportunidades de reinversión consiste en distribuir el capital excedente a los inversionistas, lo cual puede hacerse mediante dividendos y recompras de acciones. Por tal motivo, es habitual que esta clase de empresas distribuyan a los inversionistas buena parte de las ganancias y los flujos de caja que genera el negocio en un año en particular.
Las compañías con oportunidades de reinversión a tasas elevadas de rentabilidad pueden ser alternativas de inversión especialmente dinámicas. Podemos pensar en firmas relativamente pequeñas en negocios ligados al consumo, como restaurantes, indumentaria o alimentos y bebida. También suele darse esta dinámica en negocios como la industria de entretenimiento y en tecnología.
Estas empresas no solo obtienen elevadas rentabilidades sobre el capital invertido: además reinvierten las ganancias a tasas elevadas de retorno, lo cual implica posibilidades de crecimiento por encima del promedio en el largo plazo.
Incluso mejor, algunas compañías requieren bajos niveles de inversión para generar ganancias crecientes. Podemos pensar en empresas de software o servicios tipo plataforma, como Google (GOOG) o Alibaba (BABA), por ejemplo.
Estas firmas no necesitan invertir grandes sumas de dinero para incrementar las ganancias en el tiempo. Por lo tanto, las ganancias se incrementan a una tasa mayor que las inversiones, lo cual implica retornos crecientes sobre el capital. Cuando este proceso se sostiene en el tiempo, los beneficios para el inversionista pueden ser exponenciales.