En el trigésimo aniversario del desplome bursátil de 1987, las acciones estadounidenses están en récords y a los inversores les preocupa que las altas valoraciones lleven a una corrección, pese a las sólidas ganancias de las empresas y el crecimiento de la economía.
Pero, ¿podría repetirse el “lunes negro” hoy? La tecnología moderna, los cambios en la forma en que operan las bolsas de valores y en que se administran los fondos de los inversores deberían hacerlo poco probable. Sin embargo, los operadores prudentes se niegan a descartarlo.
“Hemos aprendido mucho de los errores del pasado en términos de reacción y reacción excesiva”, dijo Ken Polcari, director de piso en la Bolsa de Nueva York de O‘Neil Securities.
El lunes 19 de octubre de 1987, después de grandes caídas en los mercados asiáticos y europeos en la semana anterior, el Promedio Industrial Dow Jones se desplomó 508 puntos, o un 22,6%, la mayor pérdida porcentual diaria de la historia del referente.
Hoy puede haber un descenso de hasta 20% en una sesión, pero probablemente sea un proceso más ordenado, dijo Art Hogan, estratega jefe de mercado de Wunderlich Securities en Nueva York.
“Tenemos la capacidad de suspender las cosas un rato, volver a evaluar, e intentar determinar cuál es la mejor manera de volver a la negociación y tener un panorama más tranquilo de las cosas”, dijo.
Los cortacircuitos automáticos se ajustaron en 2012, reduciendo el umbral necesario para desencadenar una suspensión de las negociaciones y se reemplazó al Dow Jones por el índice bursátil S&P 500 como referencia.
Según las reglas actuales, si el índice S&P 500 cae más de un 7,0% antes de las 15.25 hora de Nueva York, la negociación se detiene 15 minutos. Si la baja continúa una vez que se reanuda la negociación y aún es antes de 15.25 horas, el mercado volverá a detenerse al caer un 13 %.
Si el desplome ocurre después de las 15.25 hora de Nueva York, la negociación no se detiene. Pero si la baja llega al 20% las operaciones de la sesión se suspenden no importa la hora.
“El sector ha recorrido un largo camino desde 1987”, dijo Larry Tabb, quien dirige la firma de asesoría de mercados de capitales TABB Group.
“Los reguladores han hecho un buen trabajo en implementar reglas que ayudan a los mercados a garantizar que se mantengan estables en un momento en que no existe una razón para que no lo estén”, agregó.
Muchas de las medidas actuales destinadas a controlar el caos del mercado se implementaron después del llamado “flash crash” de mayo de 2010, cuando el Dow Jones perdió casi 1.000 puntos o alrededor de un 9,0% en cuestión de minutos para luego rebotar en un período igual de corto.
La Comisión Nacional de Valores de Estados Unidos (SEC) aprobó un reglamento en 2012 llamado “Límite al alza - Límite a la baja”, que evita que las acciones se negocien fuera de un rango específico basado en precios recientes, deteniendo la negociación de los papeles cuando los precios tocan los límites de la banda.
“Todo puede pasar”, dijo Peter Costa, presidente de Empire Executions Inc. en Nueva York. “Con el advenimiento de la tecnología informática y la velocidad con la que ha transformado el mercado, es muy posible”, afirmó.
Es probable que las salvaguardias impidan que se produzca otro colapso al estilo 1987, pero con el Dow sobre los 23.000 puntos por primera vez esta semana y el advenimiento de las transacciones automáticas de alta velocidad, algunos operadores no están tan seguros.
“¿Podría suceder algo similar a eso?”, se preguntó Gordon Charlop, director general de Rosenblatt Securities en Nueva York. “Sí. ¿Cómo funcionará y cuál será el resultado? Es por eso que se juega el juego”, sentenció.