Johnson es agresiva y quiere renegociar el acuerdo entre su predecesora Theresa May y la UE. Sobre todo, el acuerdo de respaldo, que se ocupa de la prevención de los controles fronterizos entre Irlanda del Norte e Irlanda, torpedea a Johnson, al igual que la retención de las normas de libre circulación para los ciudadanos de la UE en el Reino Unido a fines de 2020.
Inmediatamente después del Brexit, el primer ministro quiere endurecer las reglas de entrada y residencia para los ciudadanos de la UE en el Reino Unido. Sin embargo, la UE es intransigente y no está dispuesta a reabrir el acuerdo negociado.
En el caso de un Brexit sin acuerdo, también hay pautas para varios sectores de la economía que Johnson podría cambiar. Adam Marshall, director general de la Cámara de Comercio Británica, critica a Johnson por hacerlo. Las compañías británicas se habían ajustado a las pautas para un Brexit regulado, según lo publicado por la administración de mayo hace siete meses. "Bueno, unas semanas antes de la fecha de salida a fines de octubre, todo está en el aire", se queja.