Los buenos datos macro de Alemania - récords históricos de confianza empresarial y aumento de la inversión y de las exportaciones trimestrales - han hecho minimizar el impacto de la falta de gobierno de coalición en Alemania.
Para colmo de males, a la Reserva Federal le vuelve a temblar el pulso, y vuelven las serias dudas sobre si la inflación se estabilizará en el entorno del 2% o sobre si sus objetivos inflacionistas se quedarán en papel mojado