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El Bitcoin cotiza en estos momentos cerca de 12.000 dólares, por lo que ha quebrado nuevamente máximos históricos, y por lo cual aumenta el atractivo para la gran cantidad de personas que buscan “minar” o descubrir los códigos en la red a través de procesadores, es decir “fabricarlos”.
Es que el Bitcoin se basa en la tecnología "Blockchain": permite descentralización, globalidad y neutralidad.
Se trata de una base de datos, la primera que es 100% descentralizada, donde miles de nodos de una red pueden escribir sin que haya un nodo centralizado que los organice y los ordene. Blockchain está hospedado en cada uno de los nodos que conforman la red: esos nodos se llaman "mineros".
Los "mineros" son aquellas personas que tienen muchos incentivos para mantener esa base de datos viva y actualizada, ya que reciben comisiones por cada transacción: cada vez que un minero "escribe" un bloque, se le entregan Bitcoins totalmente nuevos. Hoy en día reciben 12,5 bitcoins, una cifra que va disminuyendo con el tiempo, y terminará siendo cero.
Los bitcoins son generados como una recompensa al trabajo de los mineros, y dicha recompensa disminuye a la mitad cada 4 años. Es así como la cantidad actual de bitcoins, de unos 17 millones, convergerá a 21 millones una vez que alcance, en el año 2140, el máximo permitido por el código de origen, ya pre-diseñado, aunque para 2030 se habrán generado casi todos los bitcoins posibles de generarse, acercándose de ahí en más a los 21 millones.
Cualquier persona que se instale el software de nodo puede minar Bitcoins. Una persona común puede descargarse el software, y empezar a minar hoy mismo. En la práctica, es muy difícil competir con Venezuela por sus costos de energía, o bien con China, donde los mineros operan grandes superficies de computadoras al estilo parques industriales.
Así como se hacen y se registran pagos con una tarjeta de débito, las operaciones con Bitcoins se almacenan también en una base de datos de un banco; las transacciones (sean pagos o transferencias) se almacenan también en una base de datos.
Es decir que las transacciones de los usuarios en Bitcoins se almacenan en Blockchain, aunque la diferencia con el caso de los bancos es que esa base es privada y mantenida por él mismo, el Blockchain es la base de datos donde quedan almacenadas todas las transacciones. Los mineros validan esas transacciones y las agrupan en bloques. Esos bloques se incorporan en cadena, formando la cadena de bloques o Blockchain.
¿Cómo garantizo entonces mi privacidad? Todos los datos están encriptados y las transacciones están escritas de modo que solo el originador y el destinatario pueden acceder al contenido.
Los usuarios deben usar wallets para acceder a la base de datos, que son la herramienta que permite mandar operaciones a la base de datos.
Continuando con los términos fabriles, es hora de entender lo que es una “fábrica de Bitcoins”. Como toda industria, producir una mercadería implica mano de obra, un lugar físico y otros costos fijos, insumos y servicios (sobre todo, energía eléctrica). Dicha empresa tiene que pagar impuestos y reinvertir su ganancia, o bien devolvérsela a sus accionistas bajo la forma de dividendos o recompra de acciones.
Específicamente, un Bitcoin requiere hoy aproximadamente de unos 1800 dólares de costo si es que se lo hace en forma descentralizada y con la estructura mínima. Pero dicho costo es muy aproximado, variable en el tiempo a medida que se hace más difícil minar (o encontrar dichos códigos en la red) y cambiante de un país o lugar a otro en función de variables claves, como lo es la temperatura (las máquinas usadas para minar requieren de un ambiente frío como los grandes servidores refrigerados), así como del costo de la energía eléctrica: no es lo mismo minar en Venezuela con energía eléctrica casi regalada como en un país desarrollado. No es lo mismo tener fuentes renovables que no tenerlas.
Veamos el proyecto BitPatagonia, que ya está en pleno desarrollo y que salió de cuatro argentinos: Diego Pando, Walter Salama, Rodrigo Benzaquen y Miguel Klurfan, que ya cuentan con su comunidad de inversores compartiendo que el futuro ya es presente.
Poseerá dos fábricas dedicadas a minar criptomonedas y a desarrollar la tecnología de Blockchain: una en Tierra del Fuego (Argentina) y otra en Canadá. Ambos lugares comparten en principio una característica en común: se trata de lugares fríos.
Bitcoin es una de las tantas divisas tradicionales que surgen del funcionamiento de Blockchain, que vendría a ser es la columna vertebral del Bitcoin. BitPatagonia promete minar más de 10 criptomonedas.
Las etapas del proyecto están diseñadas en función de la cantidad de energía dedicada, lo que nos indica, además, una segunda característica muy importante de una fábrica de Bitcoins, que es escalable: se pueden ir incorporando “módulos”, o puede aumentarse el tamaño de la fábrica con más servidores destinados a minar.
Bitcoin es el primer caso de uso de blockchain, pero existen ya un gran número de proyectos que lo usan con otros fines, y por eso la inversión en empresas como BitPatagonia y otras tantas que irán surgiendo es más que atractiva porque no se centra en minar criptomonedas - la más conocida como Bitcoin - solamente, sino en concretar todo tipo de negocios que use como plataforma el Blockchain.
Es una empresa, por el momento, de capital cerrado y que está siendo tentada por el mercado bursátil internacional para salir en Oferta Pública.
Las dos jurisdicciones, Argentina y Canadá, actuarán como una cobertura para el riesgo político, regulatorio de las monedas virtuales, u operativo en cada planta por cualquier tema del proceso productivo.
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