A la hora de invertir, las alternativas correctamente aplicadas y en el momento adecuado generan beneficios, independientemente del momento o de la coyuntura de los mercados.
Quizás, en un mercado alcista la recomendación más simple sería la de comprar y esperar, el famoso “buy & hold”, que reditúa dinero casi asegurado a largo plazo, a costa de soportar algunas caídas en el camino a corto plazo.
Pero cuando los mercados bajan también se puede hacer dinero. Luego de tantas subas en los últimos años y del tercer rally alcista más extendido de la historia medido en años, y el cuarto en cuanto a su porcentaje de subida desde su mínimo alcanzado el 9 de marzo de 2009 (para el índice estadounidense S&P500 y muchos otros índices mundiales más), es lógico que uno pueda preguntarse hasta donde llegará y si no es un buen momento de apostarle a la baja. O al menos cubrirse de una posible baja sin desprenderse de las acciones, índices o ETFs en cartera.
Las posiciones compradas son apuestas “al alza”, y son también conocidas como posiciones “largas” ya que apuestan a que el valor suba. Uno puede vender las posiciones long o compradas y estar líquido a la espera de nuevas oportunidades. Por último, las posiciones “vendidas” apuestan directamente a la baja y también son conocidas como posiciones “cortas”, apostando al resultado contrario.
La vida es una decisión, y en los mercados la regla se convierte en una apuesta diaria. Ya sea para especular, o bien para proteger el capital. Hay momentos en los cuales conviene estar comprado, y otros en los cuales paga estar “vendido” o apostar a la baja.
Estar líquidos también es una decisión crucial que puede ser la mejor en determinadas circunstancias coyunturales: si los mercados bajan a posteriori habrá sido una buena decisión, pero si suben, existe un costo de oportunidad de haber dejado pasar la oportunidad de ganar dinero. E incluso si los mercados bajan, existe una gran cantidad de instrumentos en los cuales posicionarse que suben cuando las bolsas ajustan. Los beneficios se pueden obtener de ambos resultados si nuestra apuesta de inversión se encuentra alineada con la suerte posterior de los mercados.
Para poder determinar la tendencia, ya sea de corto como de largo plazo, hay que poder identificar aquellos factores que pueden influir en los precios, y sobre todo, intentar adivinar el comportamiento de otros inversores.
Algunas estrategias se adaptan mejor en algunas circunstancias que otras, y se realizan con distintos instrumentos. Con acciones, si el mercado adopta una tendencia bajista, una alternativa es esperar a que se revierta y se de una nueva situación de subida y continuar comprando activos de riesgo.
Los inversores no pueden adivinar a ciencia cierta cuándo vendrá una baja de mercado dado que se mueven en un entorno de incertidumbre, información asimétrica y parten de la base de que los mercados se mueven en entornos relativamente eficientes (solamente cuando se dan los hechos se incorpora dicha información al precio). Es una suerte de camino aleatorio que se va dibujando a medida que los distintos fundamentos alrededor de ese activo se van dando a conocer.
Cómo hacer dinero cuando bajan los mercados
¿Cómo funciona una posición “corta” o vendida? En la Bolsa no podemos vender acciones si no las tenemos, pero sí nuestro agente de bolsa nos puede “prestar” esas acciones para que pueda abrir esas posiciones cortas en caso de estimar que vendrá una baja. Ese alquiler de títulos se hace a costa de pagar una determinada tasa de interés (entre 3% y 7% anual en dólares en la mayoría de los brokers mundiales).
Dado que a largo plazo los mercados accionarios fueron siempre alcistas, es peligroso seguir apostándole a la baja en forma indefinida: es una estrategia que sirve en momentos determinados y en tendencias que en algún momento se agotan.
Además de las órdenes de comprar y vender normales, la mayoría de los bancos y brokers ofrecen la posibilidad de ventas “en corto” y de recompras para cerrar esas posiciones cortas (“buy to close short position”).
Ante una posible baja, los inversores pueden anticiparse y estar relativamente cubiertos, más aún en entornos erráticos y con elevada volatilidad, no solo con la venta en corto de acciones, sino a través de ETFs.
La industria de los fondos cotizados en Bolsa se ha perfeccionado tanto que ha creado nuevos instrumentos, una amplia gama de ETFs que apuntan a la baja, que replican el movimiento “espejo” de su subyacente, es decir que cuando éste baja, el ETF sube, dándole un rendimiento positivo al inversor.
No se piden garantías por estar corto o "short", dado que el alquiler de títulos lo hace la sociedad que administra ese fondo. El inversor debe saber en qué está invirtiendo y qué nivel de riesgo asume a la hora de apostar a la baja por un mercado, especialmente en el caso de los ETFs apalancados a la baja que pueden replicar el movimiento inverso de determinado índice de un país o sector en dos, o hasta tres veces.
Se puede apostar a la baja con el S&P 500 a través del ETF inverso apalancado por dos SDS, o por uno, con el SH. Apostar a la caída de los bonos de más de 20 años estadounidenses puede hacerse a través del TBT. Sectores muy cíclicos y volátiles, como el financiero y el tecnológico, poseen también muchas alternativas.
Otra opción más popular para apostar a la baja de los mercados es realizar estrategias con opciones, una operatoria que veremos en nuestra próxima nota del miércoles que viene.