Lo más importante del Bitcoin es que es una moneda segura (gracias al Blockchain) y que es completamente anónima. Pero ambas afirmaciones cada vez se vuelven más inexactas: ni es tan descentralizada como se creía (y por lo tanto tan segura), pues gran parte de su red está alojada en compañías; ni es tan anónima como se dice, pues su trazabilidad es considerablemente alta.
¿Y qué significa esto? El Bitcoin es tan transparente que podemos ir recabando información de un monedero, permitiendo identificar a su dueño. De hecho, por ello mismo es por lo que muchos criminales que usan Bitcoin para cometer ilegalidades deben realizar muchas transferencias desde unos monederos hasta otros, incluso hasta otras criptomonedas menos trazables como Monero, para ofuscar el rastro y que sea lo menos detectable posible.
Incluso algunos no han podido usar el dinero nunca y lo han acabado por devolver al sitio donde lo robaron (es lo que ha ocurrido, por ejemplo, con el robo de 17 millones de dólares en Bitcoin a CoinDash, aunque en este caso concreto se sospecha de auto-robo).
Esto ha ocurrido algunas veces: si dejas pasar mucho tiempo desde que los robas hasta que los usas, tendrás muchos millones de ojos más observando y por lo tanto será difícil (no es como el robo de un coche, que los dejan ‘enfriar’ unos meses).
Bitcoin, de las monedas más rastreables
Por ello, los expertos en la materia aconsejan (como ya hemos hecho) usar los monederos donde almacenamos criptomonedas como si fueran de usar y tirar: los usamos una vez y nunca más.
De este modo, las probabilidades de recabar datos acerca de una dirección son menores; en cambio, si usamos la misma a lo largo de 10 años, por ejemplo, durante esos 10 años se irá acumulando información acerca de nosotros. Pero esto es solo para solucionar el problema de la trazabilidad, pero hay más.
Las empresas que intercambian dinero fiduciario por criptomonedas (conocidas como exchanges) están obligadas a mantener los datos personales y fiscales de sus usuarios por ley, lo que permite instantáneamente identificar cada dirección de un monedero con una persona física.
Bitcoin es una de las monedas más rastreables del planeta y, contrariamente a los informes falsos de los medios en los últimos años, Bitcoin no es anónimo y ofrece muy poca protección de privacidad a sus usuarios». En cambio, otras monedas virtuales menos conocidas como Mimblewimble y TumbleBit vienen a ser más anónimas y con mejor privacidad.
Y esta característica del Bitcoin ha permitido, por ejemplo, que la Guardia Civil haya sido capaz de desarticular una banda colombiana que se dedicaba al tráfico de drogas en España, usando el BTC para blanquear los beneficios. Debido a la alta trazabilidad, pudieron determinar el origen y destino de las transacciones.